El 25 de Abril de 1982 a través de la Operación Paraquet las fuerzas británicas recuperaron las islas Georgias del Sur. La guarnición argentina estaba centrada principalmente en Grytviken con un centenar de integrantes al mando del Capitán de Corbeta Luis Lagos, quien se rindió ante la presencia de un enemigo numéricamente superior. En Leith se encontraba el grupo Alfa 102 integrado por el Teniente Alfredo Astiz, siete buzos tácticos, cinco comandos anfibio, un médico y un enlace de comunicaciones. Astiz se negó inicialmente a aceptar la rendición pero no existiendo ninguna alternativa, lo hizo en horas de la tarde y firmando la misma a bordo del destructor HMS Plymouth.
Los prisioneros argentinos fueron embarcados en el transporte RFA Tidespring y llevados hasta la isla de Ascensión donde el 13 de Mayo se hizo entrega de los mismos a la Cruz Roja Internacional. Desde allí fueron enviados vía aérea a Montevideo, sin embargo en el caso de Astiz y ante la existencia de pedidos de extradición por delitos de secuestro y tortura de los gobiernos de Francia y Suecia, es retenido y trasladado al Reino Unido. Allí fue alojado en los cuarteles de la Real Policia Militar en Chichester, Sussex; en calidad de prisionero de guerra.
Los prisioneros argentinos fueron embarcados en el transporte RFA Tidespring y llevados hasta la isla de Ascensión donde el 13 de Mayo se hizo entrega de los mismos a la Cruz Roja Internacional. Desde allí fueron enviados vía aérea a Montevideo, sin embargo en el caso de Astiz y ante la existencia de pedidos de extradición por delitos de secuestro y tortura de los gobiernos de Francia y Suecia, es retenido y trasladado al Reino Unido. Allí fue alojado en los cuarteles de la Real Policia Militar en Chichester, Sussex; en calidad de prisionero de guerra.
La noticia golpeó muy duro en la Armada. Con el conflicto ya desatado y la firme actitud de Gran Bretaña, cualquier intento de negociación sería en vano dado que para entonces las relaciones diplomáticas entre ambos países estaban cortadas. Tras el arribo de Astiz al Reino Unido la justifica francesa solicitó a Londres de inmediato su extradición. El tiempo corría y el gobierno argentino sólo pudo recurrir a una alternativa: Brasil.
Para 1982, presidía Brasil el general Joa Batista de Oliveira Figueiredo y los contactos con el gobierno argentino eran muy fluídos aunque ante el escenario mundial Brasil se había declarado neutral en relación al conflicto. Sin embargo varios hechos demostraron que tal neutralidad no existió. La entrega de dos aeronaves Embraer Emb-111 de vigilancia marítima a la Aviación Naval Argentina como el permiso de aterrizar en Recife a los Boeing 707 de la Fuerza Aérea Argentina que provenían de Libia e Israel transportando armamento fueron claron indicios de la posición que adoptó Brasil durante el conflicto. El por entonces embajador brasilero en el Reino Unido, Roberto Campos, recibió expresas instrucciones de interceder para evitar la extradición de Astiz a Francia.
Lo postura inglesa era firme y muchos consideran que tenía un claro propósito político ya que Astiz fue el único prisionero argentino que fue retenido en territorio inglés. Lo cierto es que las acciones de Brasil no resultaron muy exitosas y las posibilidades de liberar a Astiz cada vez eran menores, aunque de modo alguno Londres se tomó su tiempo para responder al pedido de extradición de Francia, al cual se acababa de sumar similar pedido de Suecia.
La situcación estaba en un punto muerto, sin avances ni nada para negociar por parte de Argentina y Brasil.
La Operación Black Buck VI
En la mañana del 3 de Junio, el Centro de Control de Area de Brasilia, componente del centro integrado de defensa aérea y control de tráfico aéreo (CINDACTA) de Brasil recibió una llamada en la frecuencia internacional de emergencia. El “Mayday” sonó fuerte y claro proveniente de una aeronave que se identificó simplemente como Ascot 2357. La llamada fue repetida en tres oportunidades hasta que fue respondida por un controlador de tránsito aéreo de Río de Janeiro. La aeronave solicitaba aterrizar allí debido a su escasez de combustible, aunque en varias oportunidades negó identificar el modelo de aeronave ni su procedencia, recibiendo el controlador aéreo brasileño solamente la frase “This is Ascot 2357, a fourjets” (este es Ascot dos tres cinco siete, cuatro reactores). Ante ésta negativa, el Centro de Operaciones Militares ordenó el inmediato despegue de dos cazas Northrop F-5E pertenecientes al Grupo 1 de Caza de la fuerza aérea brasilera.
En la Base Aérea de Santa Cruz, situada al Oeste de Río de Janeiro, los capitanes Raul José Ferreira Dias y Marco Aurélio dos Santos Coelho se disponían a realizar un vuelo de entrenamiento en sus F-5E Tiger II cuando recibieron la orden de interceptar un blanco no identificado que se aproximaba a las costas brasileñas. Para entonces el radar de vigilancia detectó tres ecos volando en formación, estimándose que el bombardero Vulcan estaba siendo acompañado por un cisterna Victor y un Nimrod. Los pilotos brasileros no tardaron en localizar visualmente a los blancos, ya que estos volaban a unos 20.000 pies y estaban estelando (dejando estelas de condensación). Minutos después los otros dos aviones británicos modificaron su rumbo y altitud dirigiéndose hacia la Isla Ascensión.
El Vulcan provenía de una misión de combate sobre las Islas Malvinas (Black Buck VI) donde intentó atacar el radar de vigilancia TPS-43. Debido a que los radarístas argentinos ya conocían la presencia del Vulcan y que se trataba de una mision de supresión de defensas, prendían y apagaban en radar de modo permanente para evitar la adquisición del misil Shrike. Este particular juego, obligó al Vulcan a permanecer en la zona durante casi una hora. Al límite de su asutonomía buscó un blanco secundario y lanzó el Shrike, que impactó contra un director de tiro Skyguard del Grupo de Artillería Antiaérea GADA 601 del Ejército, provocando la muerte de los cuatro operadores del sistema.
Sobre lo sucedido luego aún no se sabe realmente qué sucedió. Por un lado se indica que al realizar el vital reabastecimiento, la sonda de repostaje se rompió impidiendo así el trasvase de combustible y obligando al Vulcan a dirigirse a Rïo de Janeiro. Otros relatos indican que debido a la falta de combustible no podían alcanzar la posición del cisterna y que por ello deciden dirigirse a Brasil. Esta última versión no sería del todo cierta a cuenta que existen varios relatos de los operadores de radar brasileros que observaron tres ecos.
Los pilotos de la FAB tomaron contacto con el enorme Vulcan de la Royal Air Force (RAF) matriculado XM597, observando rápidamente que un misil -de un modelo que no alcanzaron a distinguir- permanecía en uno de los soportes del bombardero. La aeronave provenía de una misión de combate sobre las Islas Malvinas, en donde uno de esos misiles había destruído un director de tiro Skyguard. El enorme avión fue escoltado por los F-5 hasta Rio de Janeiro dondel el piloto inglés –el capitán Neil McDougall- realizó una increíble maniobra, literalmente “descolgando” el Vulcan desde los 6.000 hacia la pista del aeropuerto del Galeao llegando a inclinar las alas del bombardero hasta 65 grados para realizar una final corta calificada por todos los testigos como perfecta. Tal maniobra le valió a McDougall luego del conflicto, la medalla de la cruz distinguida por vuelo (Distinguished Flying Cross).
El Vulcan quedaría en el aeropuerto del Galeao y la tripulación sería alojada en el casino de oficiales de la fuerza aérea brasilera sita en el aeropuerto.
El intercambio
Tras la revisión de la aeronave y la inexistencia de impedimentos legales que le permitieran a Brasil retener el Vulcan y sus tripulantes, se dispuso en un primer momento la liberación de los mismos, sin embargo el gobierno argentino solicitó a Brasil retener la aeronave en base a que la misma podía ser empleada en su contra y como ello estaba previsto dentro de las cláusulas del TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recírpoca), Brasil aceptó, aunque en realidad la maniobra era otra. Ahora Argentina como Brasil tenían un elemento para negociar la liberación de Astiz, el bombardero Vulcan y su tripulación.
La sede de la diplomacia brasilera, el palacio de Itamaraty, recibió expresas instrucciones para transmitir directamente a Londes las pautas de la negociación que eran muy claras: Astiz por el Vulcan y sus tripulantes. Londres no tardó en aceptar la propuesta. Recuperaría sus tripulantes, el bombardero y literalmente se liberaría de un problema del cual no era parte, ya que en el Reino Unido Astiz no tenía ninguna causa abierta.
Se fijó que el intercambio se realizaría el 11 de Junio en el aeropuerto Galeao. La tripulación inglesa fue autorizada a regresar al aeropuerto y realizar todos los preparativos para el vuelo hasta la Isla Ascensión. Simultáneamente en Londres, Astiz junto con un policía militar inglés y al menos dos diplomáticos brasileros abordó un Douglas DC-10 de British Caledonian que lo trasladaría hasta Río de Janeiro. Con escasa diferencia de horas del Galeao despegó el Vulcan rumbo a Ascensión y aterrizó el vuelo de Astiz, quien luego en un avión particular fue trasladado hacia nuestro país.
Así concluyó el único intercambio de prisioneros y material militar realizado entre Argentina y el Reino Unido durante el conflicto por las Islas Malvinas. El hecho sería confirmado años más tarde con la publicación de varios documentos de la diplomacia brasileña que mostraron el rol que jugó Brasil durante la guerra, aunque en éste caso en puntual la cancillería brasilera lo desmintió en su momento.
Así de modo casi novelezco, la Guerra Fría y sus famosos intercambios de prisioneros se hizo presente en el aeropuerto de Río de Janeiro.
Para Interdefensa
Claudio Grow Caputti
Agradecimiento a Walter Pascuzzo por la asistencia documental.
Así de modo casi novelezco, la Guerra Fría y sus famosos intercambios de prisioneros se hizo presente en el aeropuerto de Río de Janeiro.
Para Interdefensa
Claudio Grow Caputti
Agradecimiento a Walter Pascuzzo por la asistencia documental.
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