El guardacostas “Islas Malvinas” fue el primero en entrar en combate el 1º de mayo de 1982 a las 15:20 horas, cuando se encontraba fondeado en la bahía Anunciación y fue sobrevolado por un helicóptero Sea King inglés. Fue atacado con fuego de ametralladora. En ese instante, se estaba librando el primer combate aeronaval de la historia contemporánea argentina, que significó el bautismo de fuego del guardacostas “Islas Malvinas”.
Enseguida, la nave de la Prefectura Naval Argentina respondió con armamento para repeler el ataque, causándole averías a la nave enemiga. En la contienda, resultó herido el cabo maquinista Antonio Grigolatto, luego de haber agotado las municiones de su armamento.
En esta acción, también cabe destacar la valerosa y decidida acción del ayudante de tercera Marcelino Blatter quien, al ver que no se podía levar el ancla atascada en el fondo rocoso, se desplazó por la cubierta de proa (desde donde venía el ataque) portando como única arma una sierra de mano. Con ella, en un titánico esfuerzo, pudo cortar la gruesa cadena y recuperar la maniobrabilidad del buque. Éste, al aumentar su capacidad de defensa, motivó la retirada de la aeronave enemiga y el guardacostas pudo reiniciar la navegación ya que era imperioso el traslado del cabo segundo Antonion Grigolatto (herido de consideración).
En el caso del guardacostas, sufrió numerosos impactos en la superestructura. Y, pesar de haber sufrido el 30 de abril una avería en una hélice y línea de eje que limitaba su capacidad propulsora al 50 por ciento – que no pudo subsanarse-, cumplió igualmente con todas las misiones encomendadas. Finalizadas las operaciones, fue apresado por las fuerzas invasoras.
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