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2 de abril de 1982 MALVINAS: Vehículos Anfibios

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Por Ricardo Corino
El siguiente relato obtenido del libro “Blindados argentinos de Uruguay y Paraguay” por Ricardo Sigal Fogliani, describe las operaciones del batallón de Vehículos anfibio integrado por 20 LVTP-7 a oruga y 5 LARC-5 a ruedas el 2 de abril en la «Operación Rosario».


Preparación Previa
Cuando el gobierno militar presidido por el general Galtieri tomó la decisión del desembarco, ésta se mantuvo, por supuesto, en un estricto secreto, impartiéndose órdenes en los primeros días de marzo al Comandante del Batallón, capitán de fragata IM Guillermo Cazzaniga, para incrementar el adiestramiento del personal y realizar las tareas de mantenimiento en los vehículos.


En ese momento pocos vehículos estaban en condiciones operables, ya que por razones presupuestarias y la falta de repuestos varios no estaban en servicio. Uno de ellos era el único LVTP-7 Recuperador, cuya pluma estaba desmontada. Había gran cantidad de personal nuevo en la unidad, pero también contaba con conscriptos de la 2a y 4a tanda de la Clase 1962, que ya eran veteranos en la Compañía, habiendo participado en los ejercicios UNITAS de fines de 1981 Entre los días 19 y 25 de marzo, se realizó un adiestramiento anfibio, en donde embarcaron en el Buque de Tanques «ARA San Antonio» el BIM 2 (Batallón de infantería de Marina) y parte de la Compañía VAR (Vehículos Anfibios a Rueda), El total de vehículos que estuvieron listos, con todos sus sistemas en servicio para esa fecha, fueron 123.


El 18 de marzo el almirante IM Carlos Büsser ordenó al teniente de navío IM Mario Forbice realizar lodos los esfuerzos para poner en funcionamiento los sistemas de visión nocturna.



El 19 se embarcaron 12 vehículos, los que formaban parte del plan de instrucción que tenía el BIM 2 para desembarcar en la playa de San Román. Una vez llegado a la zona, se realizó el desembarco en dos oleadas de 6 vehículos cada una. En la playa desembarcó el BIM 2, fizándose todo sin ningún inconveniente. 


Posteriormente, se realizó nuevo ejercicio que consistía en un desembarco con arribo a la en columna de a dos, y una vez en tierra en una sola columna, pero con el descenso de seis hombres por vehículo para dar una seguridad inmediata durante la marcha. Este nuevo ejercicio que nunca se había realizado, llamó la atención a quienes estaban en desconocimiento que dos semanas para adelante, estarían ante un desembarco verdadero, bajo fuego enemigo.

El 25 de marzo el Batallón regresó a su base, y su comandante ordenó alistar la totalidad de los vehículos, para embarcarlos nuevamente el 28.


Los trabajos se realizaron en forma acelerada en el galpón de los LVTP-7 (VAG), con gran despliegue de personal civil y militar, en especial en lo que respecta a los sistemas de visión nocturna, comunicaciones y armamento.



El sábado 27, a las 8 de la mañana, se inició la marcha hacia Puerto Belgrano, con dos Secciones completas de LVTP-7 de 8 vehículos cada una, más el grupo comando formado por el VAOC (vehículo comando) y el Vehículo de Apoyo. En la Unidad quedaron tres LVTP-7, que eran el VAO 14, y el VAO 17, que al faltarle un repuesto no pudo ponerse en senricio.  Al anochecer, estuvieron todos los VAO (inclusive los dos demorados en la unidad) embarcados en el BDT «ARA San Antonio», preparados para la travesía.


El personal comenzó a embarcar el domingo 28 a las 8,00 horas, y a las 12,30 el BDT «ARA San Antonio» zarpó de Puerto Bel grano en Bahía Blanca, junto con el «Almirante Irizar» (aunque la salida estaba prevista para las 17,00 horas). Durante la navegación se realizaron algunas tareas de mantenimiento que habían quedado pendientes.


En el «San Antonio» se habían embarcado en la bodega de tanques, 20 VAO (LVTP-7) y un VAR (Larc-5). En la cubierta de vuelo de helicópteros viajaban otros 4 VAR y unos 30 vehículos del Ejército y de la Infantería de Marina. En cuanto a los hombres, el barco tenía una capacidad para alojar 450 infantes, pero en este viaje llevaba 300 más de su límite.


La travesía transcurrió sin problemas, salvo el causado por el VAR n° 2, cuando en la madrugada del 31, y como consecuencia de un temporal, se le saltaron las toncas que lo sujetaban golpeándolo contra una planchada, yendo de adelante hacia atrás (lo que lo salvó de caer al agua). El Cabo Primero I barra, conductor del VAR n° 12 se subió al vehículo descontrolado, intentando frenarlo, pero esto no alcanzó para disminuir los vaivenes. Luego de dos horas de trabajos logró un trincado provisorio e inmovilizar el vehículo.



El Desembarco

En la noche del 1° de abril el mar estaba calmo y el persona preparado para el desembarco, conscientes de la jornadas históricas que les tocaría vivir.


En la madrugada del 2 de abril estaba el personal embarcado en los vehículos anfibios antes de abrirse la rampa del «San Antonio», A las 6,05 horas se apagaron las luces de la bodega y se abrieron las compuertas de proa, al tiempo que los enormes ventiladores entraron en funcionamiento para que no se tornara irrespirable el ambiente al ponerse en marcha los motores de los 21 anfibios. A las 6,10 se cerraron las rampas de los VAO, y diez minutos más tarde, las escotillas A las 6,15 se produjo el lanzamiento de los vehículos que estaban en cubierta, y a las 6,22 el teniente de navío Rossi ordenó por radio, desde el buque, que se lanzara la  la primera ola.


La primera ola de asalto (Unidad de Tarea 40,2.2) estaba formada por cuatro LVTP-7 (VAO) con 99 hombres embarcados, al mando del capitán de corbeta IM Hugo Jorge Santillán, distribuidos de la siguiente manera: VAO N° 05: En este vehículo iba el capitán Santillán, con el Jefe del Pelotón Comando (Agüero), un radio operador (Tello), dos camilleros, un enfermero, 1 pelotón lanza-coñetes, 1 grupo de tiradores y 1 dotación de ametralladoras. Total: 24hombres.



VAO  nº 07: Este vehículo iba 50 metros más atrás, a la derecha del N° 5 y estaba a cargo del Jefe de Grupo de Morteros de 8lmm, SIM Quiroga, y lo acompañaban: 1 Grupo de Tiradores, 1 dotación de lanzacohetes, 1 mortero de 81 mm y 1 cañón sin retroceso 75 mm. Total: 25


VAO N° 10: Este LVTP-7 iba detrás del VAO 05 (a 100 metros), y llevava 25 hombres del Ejército Argentino, bajo el mando del teniente coronel Mohamed Alí Seineldín, constituyendo la Unidad de Tarea 40.1.10.


VAO N° 19: Este vehículo iba 50 metros más atrás y a la derecha I VAO 05, estaba bajo el mando del Segundo Comandante de la unidad de Tarea 40,1.2., el TCIM Schweizer Este VAO llevaba: 1 grupo de Tiradores, 1 mortero de 81mm, 1 cañón sin retroceso de 75 mm y 1 dotación de ametralladoras. Total: 25 hombres.


Para una mejor comprensión, el diagrama de desembarco era el siguiente



El lugar escogido para el desembarco era un sector de 300 metros de extensión de playa, al Sur Oeste de la Bahía York, y hacia allí se encaminaban los anfibios con el titileo de la luces de Puerto Stanley a un costado. A través de aparatos de puntería con visión nocturna, se veían algunos elementos en la playa, que parecían máquinas viales.


A 500 metros de la playa tuvieron que virar a la derecha para esquivar una roca sumergida de la que ya tenían referencias, y así llegaron a la playa designada como «Playa Rojo» y pasando la marcha a terrestre, los VAO avanzaron ya sobre tierra firme a las 06,30 horas del 2 de Abril.


Una vez en tierra firme, el Jefe de Estado Mayor ordenó que se trasladaran los vehículos a unas alturas distantes a unos 150 metros, para posteriormente iniciar su marcha hacia el aeropuerto. Durante el trayecto, los cuatro VAO de la vanguardia pudieron comprobar las dificultades que ofrecía el terreno, con las orugas patinando sin adherirse al suelo, en parte arenoso, en parte turba y en partes roca viva.


El primer inglés que vio los anfibios fue el soldado Berry, que estaba solo en la colina Sapper vigilando el área. Al quedar despejada la playa de los VAO, se comenzaron a baja con guinches, desde la cubierta del «ARA Cabo San Antonio», Ios anfibios de rueda LARC-5 (VAR) que llevaban obuses a bordo.




Los primeros fueron el VAR 02 y el VAR 03 (con guinche), que ganaron a la playa sin novedad. Media hora más tarde comenzaron bajar los otros dos (VAR 08 y VAR 12), cuando desde la costa en la zona de Arrow Point, comenzaron los disparos contra el barco, pero dado la distancia no ofrecían peligro. Ante los disparos, la corbeta «Granville» comenzó a hacer fuego contra la posición británica, y un equipo de Buzos Tácticos argentinos se trasladó a ese lugar; pero los ingleses se replegaron, luego de cambiar de posición.
Una vez en la playa, con el guinche del VAO 03, se comenzaron a descargar los obuses de los otros cuatro LARC-5, finalizando la operación a las 9,05 horas.


Mientras tanto, la vanguardia de los VAO llegaban en columnados al aeropuerto, en donde adoptaron la posición de cuña, puesto que tenían información que había un nido de ametralladoras de 1257mm en Canopus Hill. Una vez en el lugar, Seineldín desembarcó los 25 hombres del Rí 25 de su VAO y comenzó a tomar posiciones en el aeropuerto.


El capitán Santilián informó por radio al capitán Weinstabl de la situación, y le pidió autorización para continuar su marcha hacia el poblado con sus tres VAO.


La pista del aeropuerto se encontraba llena de obstáculos de todo tipo (23 en total), camiones, tractores, escombros, ómnibus, maderas, máquinas viales, etc. El almirante Büsser ordenó al comando del BIM 2 a caigo del capitán Weinstabl, que ayudara al teniente coronel Seineldín con tres VAO y sus dotaciones, ya que a cargo del mismo estaba la operación de rastrillaje, de seguridad y de limpieza de la pista. En ritmo acelerado se rastrilló la zona hasta el faro y se comprobó la inexistencia de francotiradores que pudieran atacar a los aviones cuando estos arribaran. Durante este lapso, helicópteros de la Fuerza e desembarco trasladaron hombres al aeropuerto. Al quedar la pista operativa comenzaron a llegar los aviones C-130 transportando al Regimiento 25 al suelo malvinense. El Objetivo Delta, la toma del Aeropuerto y su piesta en servicio, se había cumplido satisfactoriamente.



El camino que va del aeropuerto a Puerto Stanley es de asfalto, y se dirige hacia el Sur, y luego de cruzar por un istmo de 200 metros de ancho y un kilómetro de largo, dobla hacia el Este en dirección a la población, a unos cinco kilómetros de ese lugar.


Los  tres VAO cruzaron el istmo con precaución, escoltados por los infantes de marina, que previamente habían descendido de los vehículos en prevención de un ataque personal, o de minas antitanque.


Una vez, realizado el cruce, se divisó la ciudad hacia donde se dirigieron. A los dos kilómetros cruzaron un arroyo por un puente de madera, y luego se abrieron para avanzar en cadena. Dado que las condiciones del terreno eran muy difíciles, el VAO 19 de Schweizej que iba a la izquierda se encajo. Mientras venían otros vehículos del Batallón de IM N° 2, cruzando el istmo, los otros dos VAO continuaron su trayecto. Al poco tiempo, el número 19 consiguió salir, y sobrepasó a los otros siete, que venían avanzando para alcanzar a su grupo, en la vanguardia, los VAO 05 y 07.


Mientras tanto, los dos VAO seguían hacia Stanley, adelantándose unos 150 metro. El LVTP-7 n° 07, del Suboficial Quiroga, se desplazaba hacia la derecha. De esta forma escalonada, continuaron hasta que, cerca del poblado, se veía una mancha amarilla en el camino. Con los prismáticos pudieron ver que se trataba de una máquina vial obstruyendo el camino.



Combate sobre Ciudad Blanca
La ruta que seguían los VAO hacia la Casa de Gobierno, pasaba por una zona de Puerto Stanley llamada «Ciudad Blanca», que consistía en cinco casas prefabricadas pintadas de blanco.


El Gobernador inglés había dispuesto no combatir en la ciudad, para no arriesgar vidas civiles, pero dado lo descampado de ese lugar, el teniente Bill Troílope con la Sección 2 que cubría la carretera que iba al aeropuerto, decidió enfrentar a las fuerzas argentinas que avanzaban. El teniente Troílope dio la orden de fuego a los sirvientes de un cañón antitanque, y el proyectil impactó con una fuerte explosión a unos cincuenta metros a la izquierda del VAO 07. Posteriormente, ese vehículo recibió gran cantidad de disparos en el escudo de proa, con una ametralladora con balas trazadoras, Es interesante reproducir parte del relato textual del capitán Santillán, que observaba la escena desde el VAO 05: «Los rebotes me hicieron acordar el efecto del agua que saliendo de una manguera se disipa en el aire cuando uno lava el radiador de un auto». 


El que disparaba contra el VAO 07 lo hacía con gran precisión puesto que disparó primero al conductor, luego al apuntador, y al no tener resultados positivos disparó sobre todo el frente del vehículo, que recibió 97 impactos. Al comenzar a recibir el fuego enemiga el VAO buscó refugio en una hondonada, donde descendió la tropa mientras el apuntador contestaba el fuego con la ametralladora de 12,7 mm, uniéndose en el fuego las de los VAO 05 y el 19 Schweizer (que ya se había unido al grupo).

Los ingleses efectuaron otro disparo con una granada de fósforo incendiaria que explotó a unos 150 metros, a la que siguió al poco tiempo el disparo de un cohete antitanque, a unos 200 metros adelante de los VAO y muy hacia la izquierda. Desde una casa blanca con techo rojo, de baja altura, sobre la izquierda del pueblo, comenzaron a disparar con fusiles.



El suboficial Quiroga recibió la orden de neutralizar con su mortero de 81 mm a los tiradores que estaban en la casa blanca, tratando de no causar bajas enemigas.


Un cañón de 75 mm argentino a cargo del suboficial segando IM Di Filippo del  VAO 19, efectuó dos disparos sobre la casa de techo verde, desde donde los ingleses habían disparado sobre el VAO 07, El primer tiro fue corto, pero el segundo impactó con carga hueca (para evitar producir bajas enemigas) sobre el frente de la casa, la que fue abandonada por los ingleses, que emprendieron la retirada saliendo por los jardines posteriores.


El mortero de 81 mm del VAO 07 realizó tres disparos sobre la otra casa, el primero cayó a unos 10 metros a la derecha del objetivo, el segundo pegó en la cumbrera de la casa levantando una nube de escombros, y el tercero cayó frente a la construcción levantando gran polvareda.


Los ingleses también abandonaron la posición, y salvo algunos disparos esporádicos, los argentinos no se encontraría más resistencia.


El error de los ingleses fue comenzar a hacer fuego cuando estaban a gran distancia de los vehículos (a unos 450 metros) para fortuna de los anfibios argentinos.




Como consecuencia de esta acción quedó destruida la mira de la ametralladora, y algunos de los cristales blindados de la torreta. Una bala que alcanzó a entrar, provocó una herida leve en la mano izquierda (sin interesar huesos) al conscripto Clase 62, Horacio Tello. Este vehículo continuó operando durante todo el día y posteriormente se embarcó, navegando hasta el «ARA Cabo San Antonio», por sus medios.  Después de la Guerra de Malvinas, TENSA reparó los daños menores que había sufrido el VAO 07. Cuando los VAO reiniciaron su marcha al pasar por la casa de techo verde a 5 aguas, pudieron ver abandonados un lanzacohetes Carl Gustav de 84 mm y un jeep Land Rover con varias cintas de ametrallado sobre su asiento delantero. Los VAO de la vanguardia dejaron de lado la población y se dirigieron a Moody Brook en donde estaba el cuartel de los «Marines», Al llegar vieron la bandera Argentina izada en su Plaza de Armas por los Comandos Anfibios.


Pidiendo en  forma urgente el VAR de sanidad, pero al estar éste atascado en una turbera, se trasladó al herido en un Land Rover civil, falleciendo en el trayecto.


El VAR de Puesto de Socorro Móvil, fue auxiliado por el VAO recuperador, y pudo salir del turbal y llevar a los otros heridos. Los VAO regresaron a Puerto Stanley, (que pronto cambiaría su nombre por el de Puerto Argentino), sin ningún tipo de obstáculo, con la excepción, claro está, de las dificultades que ofrecía el terreno con sus turbales y piedras que destrozaban las orugas.




El regreso de los anfibios
El sábado 3 de abril, al atardecer, se comenzaron a reembarcarla totalidad de los anfibios en el «ARA Cabo San Antonio», y zarparon al día siguiente a las 7:00 horas rombo a Puerto Belgrano. El miércoles 7 el barco llegó a su destino, y fondeó frente al Batallón de Vehículos Anfibios, culminando así las jomadas históricas.


Fuentes: Blindados argentinos de Uruguay y Paraguay por Ricardo Sigal Fogliani


www.interdefensamilitar.com 

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