Durante la defensa de Puerto Argentino el Comando de la Infantería de Marina decidió el envío de una sección de perros de guerra, de la Base Naval Puerto Belgrano, con el fin de impedir infiltraciones de comandos británicos en el dispositivo defensivo propio.
Así fue que el 7 de abril 18 perros a las órdenes del Teniente de Fragata de Infantería de Marina Miguel A. Paz contaron con:
Guardiamarina Veterinario Jorge Robles
Encargado de Sección: Suboficial Segundo de Infantería de Marina Ernesto Franco. Cada perro con su guía, Soldado Conscripto.
La sección perros fue utilizada para la defensa de la localidad para protección de los puestos de comandos, centrales de comunicaciones y depósitos varios.
Luego del ataque del 1º de abril se intensificaron las guardias nocturnas para impedir cualquier infiltración enemiga.
Los perros acompañados por sus guías, soldados Conscriptos, los que formaban una pareja inseparable.
Después de los cuatro o cinco días de bombardeos surgió un hecho curioso, la alarma más eficaz y segura ante los bombardeos, fundamentalmente aéreos, eran dadas por los aullidos de los perros anunciándolo mucho antes de la iniciación del ataque. Al decir de los veteranos que operaron desde Puerto Argentino, fue el mejor método de autenticación de alarma y el momento a partir del cual se tomaban las contramedidas.
También distinguían en general al personal de la Armada con respecto a las otras fuerzas con quienes eran especialmente agresivos, incluyendo también a los Kelpers. Este hecho se repitió luego con los británicos, una vez prisioneros de guerra.
Hubo oportunidades en que salieron de la población en misiones de patrulla adelantada, pero fueron sólo casos puntuales para tareas específicas como la vigilancia del sistema de Rampa y Generador del misil Exocet que se monto como defensa costera. Este sistema de armas se mantuvo en el más alto secreto dentro de la localidad, durante el día en galpones altamente custodiado y de noche se movía sigilosamente hasta su lugar de lanzamiento. Todas estas maniobras fueron estrictamente custodiadas por la sección de perros durante el día y la noche.
En los últimos días de combaste se decidió el envío de perros a primera línea para evitar infiltraciones enemigas. Esta medida fue discutida hasta que llegó la orden de enviar a los perros con sus guías, fueron 3 las parejas enviadas:
Conscripto Carlos del Greco con Ñaro
Conscripto Raúl Andicochea con Negro
Conscripto Silva con Xuavia
Dijo el Guardiamarina Veterinario J. Robles.
" Fueron al frente Ñaro, Xuavia y Negro. ¿ Por que ellos? Negro y Ñaro por su bravura, valentía, eran sin duda los mejores del Batallón, participaban de todas las exhibiciones (desarme de enemigos, control de detenidos y saltos de altura). Xuavia porque era extremadamente celosa y guardiana, ella fue a Malvinas porque era la mejor entre las hembras (era mi preferida), recuerdo que cuando entro en celos elegí un lugar preferencial y ordené su servicio"
El envío de los perros al frente no tuvo éxito y termino trágicamente, los perros no se acostumbraban al fragor del combate, fueron prácticamente aturdidos por las explosiones. Ya el 13 de junio (en la noche del 13/14 de junio en el asalto final) los guías perdieron a sus perros, quienes habían huido enloquecidos. Ñaro y Negro desaparecieron ni sus collares fueron hallados. Todos los esfuerzos de la Sección Perros por encontrarlos fracasaron pese al especial empeño de todos, incluyendo a los Infantes de Marina de otros destinos, sensibilizado por los hechos. Todos eran conscientes que de estar con vida, su instinto y sensibilidad los hubiera llevado a su Sección, por esa razón se presume que murieron en combate, hay una versión, no confirmada, que señala a un oficial británico como que se quedo con uno de ellos. Por lo menos esa era la esperanza de la Sección. Sólo regreso Xuavia.
Como comenta el Guardiamarina Robles, Xuavia estaba preñada cuando fue al frente, un toque de amor entre tanto combate, pero no el único. Xuavia, en la noche del 13 al 14 de junio, seguramente estaba regresando del frente hacia la localidad cuando encontró a un soldado del Ejercito herido que yacía en el suelo cubierto de nieve; Xuavia se le acercó, se pegó a él y le dio calor hasta que los camilleros lo encontraron y trasladaron hacia Puerto Argentino, la perra los acompaño hasta el Hospital, luego regreso con los suyos.
En su momento este echo fue comentado por todos los que lograron verlo, luego el drama del tramo final de la batalla lo apagó. Por esa razón no se pudo rescatar el nombre del soldado ni el de los camilleros. Al comentarle el episodio el Guardiamarina Robles dijo:
"El relato sobre el regreso de Xuavia fue tal cual (como se comenta mas arriba), vino al lugar donde yo estaba; un soldado me grito: "Señor, volvió Xuavia, cuando me di vuelta la vi y me pareció mentira, todos le demostramos alegría y puedo asegurarle que ella respondió del mismo modo. Ya en la Base Naval Puerto Belgrano tuvo sus cachorros"
Xuavia tuvo nueve cachorros, de los cuales fueron siete machos y dos hembras, tres de ellos murieron inmediatamente después del parto. El padre fue Duque.
De los perros que regresaron al continente algunos murieron de viejos, otros en accidentes en servicio. Sobrevivió a todo Vogel, ovejero alemán, hijo de Tell y Nexe. Todos de la Base Naval Puerto Belgrano. Falleció el 1º de diciembre de 1991; esta enterrado en el Batallón mirando hacia Malvinas, bajo un túmulo conmemorativo.
Hasta su muerte presidio todas las ceremonias de la Unidad luciendo en su capa la condecoración otorgada por la participación en la gesta. Las Fotografías de Negro y Ñaro, desaparecidos en combate, están en su Batallón y en el Museo de la Infantería de Marina.
Fuente: Anecdotario de la IMARA
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